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Fuego.

Las horas pasaron, cada quien estaba terminando de arreglar sus prendas para verse despampanante esa noche. Querían poder tener una maravillosa velada, con comida hecha por el magnífico chef: Park Jimin.

Todo estaba en orden, las invitaciones fueron esparcidas para todas las personas del lugar, también en Seul, pues según Jungkook, Namjoon y Jin, la inauguración merecía ser anunciada también entre sus amigos y socios, pues querían que todos ellos se dieran cuenta de ese rincón hogareño en donde iban a ser recibidos por Jimin.

Los Park agradecieron ese gesto. Pues el rizado venía empezando con su restaurante y ya había recibido felicitaciones de personas importantes que en su vida hubiese imaginado iba a conocer y todo gracias a Jungkook.

Quien encantado y orgulloso lo presentaba ante sus socios que viajaron hasta llegar a ese pequeño local, solo para degustar la excelente comida de Jimin.

No hubo necesidad de decir que eran pareja, pues no tenían el título, seguían seguían amantes de esos que se enrollaban entre sábanas pero que de ahora en adelante, también enlazarían sus manos para ser el soporte del otro ante el ojo público.

Nadie preguntó acerca de su relación, bastó con verlos actuar y verse para darse cuenta lo muy enamorados que están.

Los Park estaban compartiendo mesa con Haesul, pues ella estaba feliz de poder estar en ese momento importante para Jimin, pues le tomó mucho cariño desde el día en que lo conoció.

Sabía que era especial, lo sintió.

Junto a ellos, también estaba Taehyung, Namjoon, y Jin pues ya eran considerados parte de la familia.

La velada había dado inicio, todos disfrutaban, había risas, música, conversaciones aquí y allá, felicitaciones y muchas flores como obsequios.

La comida fue servida, bocadillos y postres también. Jungkook fue el encargado de escoger el vino y el champán, pues según Jimin, tenía un muy buen gusto para la bebida.

Todos estaba desbordando alegría.

Jimin logró conseguir que desde ya contrataran sus servicios para un banquete especial, de uno de los socios de Jungkook, quien sonreía orgulloso de ver a su chico tan emocionado y entusiasmado por lo que estaba sucediendo.

—¿Te das cuenta? Mira cuanta gente vino —comentó Taehyung muy emocionado.

—Jimin lo merece, ha hecho un buen trabajo —afirmó Jin.

—Ese chico es especial, ya veo porqué Jeon se enamoró de él —dijo Namjoon.

Sooyeon y Haesul intercambiaron miradas, afirmando entre ellas que los chicos tenían razón.

—Sin dejar atrás a Jungkook, estoy feliz de que mi bebé pueda estar con él —habló Sooyeon.

—Tan solo míralos, se ven tan felices juntos —comentó Haesul, haciendo que todos voltearan a verlos. Jungkook tenía en una de sus manos una copa de vino y la otra la tenía puesta en la cintura de Jimin, quien sonriente estaba medio inclinado en el cuerpo del ojiazul, posando su cabeza en su hombro y una de sus manos en su pecho.

Todos admiraron la escena. Conocían bien a los dos chicos y sabían que las cosas entre ellos eran reales.

—Mi hijo se liberó —susurró Haesul con una sonrisa de ternura en su rostro.

Luego de la crisis que tuvo Jungkook, este le contó todo a su madre y a sus dos amigos. Esta vez una persona más se sumó a que pudiera estabilizar sus emociones, pues Jimin nunca lo dejó solo y fue muy atento con él cuando este le contó acerca de su pasado.

La confianza que Jimin le transmitía era superior, lo llenaba de paz y sentía que era lo correcto estar a su lado. Jungkook creyó que haberse privado del amor durante un tiempo fue la bomba que estalló para caer por Jimin sin evitarlo.

La forma en que ellos dos hicieron suyo el sentimiento más extenso del universo, es algo de admirar. La conexión de ambos es infinita y la sincronización que muestran es asombrosa. Jin lo dijo, son como un efecto espejo, uno siendo el reflejo del otro.

Los dos amantes estaban conversando con uno de los clientes y socios de Jungkook. Este pidió permiso y se sentó en una de las mesas que compartía con su esposa.

—Jim, ¿todo bien? —preguntó al ver que el rizado había quedado en silencio.

—Si, solo... no me hagas caso, creo son solo nervios.

—¿Qué sucede? Puedes decirme.

—Sentí miedo, es todo... no lo sé, de pronto me invadió el miedo de perderte Kook.

El castaño se giró hasta quedar frente a frente con el menor. Posó sus manos en ambas mejillas y dejó un suave y rápido beso en sus labios.

—No me vas a perder, ¿de acuerdo? Estaremos separados, es verdad, pero siempre voy a estar a tu lado Jimin, me he enamorado de ti en cuerpo y alma que aunque me muera hoy, mi amor por ti seguirá vivo y seguirá siendo solo tuyo.

Jimin no sabe porqué razón sus nervios se hicieron presentes. Sintió esa pesadez en su pecho y su garganta ser atorada por las lágrimas. Quizás solo eran sus emociones jugando porque todo estaba siendo nuevo para él.

Se aferró al cuerpo de Jungkook en un torpe abrazo, sentía que el tiempo se le estaba agotando y de pronto solo quería llorar.

—¿Quieres qué pida agua para ti? —preguntó, gracias a Namjoon, pudieron contratar a cierta cantidad de meseros para esa noche.

—No, solo siento frío Kook, no sé que me sucede.

—Han de ser tus nervios amor, pero aquí estoy, estás rodeado de gente que te aprecia y de gente que ha viajado solo por tu comida, ¿te das cuenta? Todo está saliendo bien.

—¿Las cámaras están activadas? Es decir, siento que algo malo puede pasar, tengo tanto miedo ahora mismo.

—Tranquilo, ¿bien? Todo estará bien, te amo Jim, no dejaré que nada malo te suceda, prefiero ser tu escudo antes de que algo pueda tocarte y lastimarte —aseguró.

—Solo quiero que te quedes a mi lado —su corazón estaba agitado. Presentía que algo podía suceder.

Sus padres y Taehyung vieron su cara de angustia así que se acercaron para asegurarse que estaba todo bien.

—Han de ser sus nervios Sooyeon —dijo Jungkook para calmar las cosas.

—Minnie, has trabajado por esto, disfruta tu noche mi niño.

—Así es hijo, solo ve a tu alrededor, ¿qué podría salir mal? —comentó Yeongyu tratando de animarlo.

Jimin miró a todos lados, su vista se quedó en la entrada y se sintió incómodo cuando lo vio entrar.

—Yugyeom —dijo.

Todos miraron a su dirección viendo al chico acercarse sonriente hasta ellos.

—¡Hola! Vaya noche, todo se ve genial —dijo.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Jungkook evitando sonar amable.

Jin, Namjoon y Haesul rápidamente se acercaron a ellos, pues pensaron que podía hacer un escándalo.

—Vine a celebrar junto a ustedes, ¿no es obvio? Fuiste chef en la empresa de mi Kookie, ¿alguna vez te dije que cocinabas bien?

—No en realidad.

—¿Y por qué lo sigues haciendo? —respondió soltando una carcajada que nadie siguió—. Es una broma, que humor tan sensible el que traen.

—Yugyeom, no es momento para esto, si piensas quedarte solo compórtate —habló Namjoon.

—No recibí ninguna invitación, pero varios amigos están aquí, por ejemplo el gobernador que está por allá, ¿cómo hicieron para que viniera? ¿Algún hechizo?

—Es mi amigo, yo le pedí venir —respondió Jin.

—Me alegra tanto que este chico tenga esto —dijo con hipocresía—. He venido en son de paz, lamento lo de la otra vez Jungkook, si eres feliz con él yo debo apoyarte por los años de amistad y cariño que nos tenemos.

—Gracias Yugyeom, pero si nos disculpas, debemos atender a otros invitados —dijo Jungkook sacando a Jimin de ese círculo.

Los Park, Haesul y los demás se fueron sin disimular educación ante el chico quien quedó molesto por las actitudes de todos.

Jungkook llevó a Jimin hasta la cocina, se permitió sentarlo y ser él quien le sirviera el agua.

—Bebe —ordenó, Jimin obedeció.

—Es extraño, parece que mi cuerpo me está alertando del peligro pero no sé de qué.

—Los nervios pueden jugarnos mal, respira profundo y te relajas, todo estará bien.

—Kook...

—Aquí amor.

—Si por cosas de la vida tú y yo nos separamos, promete que vas a recordarme como uno de tus momentos bonitos.

—¿Por qué me dices eso? —preguntó con preocupación.

—Porque siento que todo esto es un sueño, mi restaurante, tú... ¿en qué momento cambió todo? Era mesero y tú amante y ahora, soy el chef de mi propio lugar y soy tu...

—Mi amor, mi chico, no temas, ¿de acuerdo? Estaremos bien, ahora salgamos de aquí, hay invitados que atender y muchas ofertas que aceptar, esto apenas comienza para ti.

Tendió su mano siendo recibida por el rizado. Jungkook lo acercó a su cuerpo y se atrevió a besarlo, algo lento al principio pero se volvió un beso apasionado y lleno de deseo.

—Quiero follarte —habló jadeante mientras el rizado se frotaba contra su cuerpo.

—Podemos ir al auto —respondió apenas en un susurro.

—No creo que suceda algo si te robo unos minutos.

—Fóllame ya —ambos sonrieron y salieron por la puerta trasera del lugar. Tomados de la mano y soltando risas como dos adolescentes enamorados, subieron al auto del castaño, en la parte de atrás.

Jungkook se sentó primero, teniendo en su regazo a Jimin, se besaron nuevamente mientras sus manos viajaban por el cuerpo del otro.

—Es incómodo hacerlo aquí.

—No me importa, solo quiero sentirte dentro.

—Jim...

—¿Si?

—Te amo, no lo olvides —dijo, mordió su labio inferior haciendo jadear al rizado, quien meneaba sus caderas por sobre la ropa. Antes de manchar sus pantalones, como pudieron los retiraron junto a la ropa interior.

Jungkook hizo que Jimin chupara sus dedos y los llevó a su entrada para prepararlo, cuando creyó estaba listo, dejó que el rizado se sentara en su miembro y comenzara a menearse de una forma exquisita.

—¡Mierda! Te sientes tan bien sobre mi.

—Y tú tan adentro.

Jungkook besaba el cuello de Jimin, acariciaba sus glúteos y muslos, amaba el cuerpo del rizado.

Jimin por otro lado tenía sus manos alrededor del cuello del ojiazul, impulsándose a dar brinquitos sobre el miembro erecto que estaba dentro suyo.

Los besos calientes de Jungkook lo hacían sentirse en las nubes. Su piel erizada ante el tacto de sus suaves labios era algo que disfrutaba.

—Me encanta el sexo contigo.

—Lo sé —afirmó orgulloso—. Sigo siendo tu mejor amante, ¿no?

—Te convertiste en el único —Jungkook sonrió ante las palabras del menor, que Jimin lo vea de esa forma es algo que lo emociona.

Siguen siendo dos hombres que se buscan para complacer su deseo sexual. Dos amantes que entre sábanas comenzaron su historia, esa que ahora cuenta con sentimientos sinceros.

Jimin lo montaba cual profesional. Ambos gemían al disfrutar del contacto y la posición. Sintiendo las estocadas profundas. Jungkook inició a darle atención a los pezones de Jimin pues sabía que era su zona sensible.

Detuvieron sus movimientos cuando el rizado soltó un comentario.

—Ahora sé porque al pene le dicen polla y es que está encima de los huevos —dijo sin pensar, acariciando con su mano derecha los testículos de Jungkook, sintiendo como chocaban con sus glúteos.

Ambos se vieron un instante y soltaron una gloriosa carcajada y justo en ese instante se dieron cuenta que no querían a nadie más. Que solo debían ser ellos dos, que el amor que se tienen es real y que no había nada ni nadie que pudiera reemplazar ese sentimiento que había crecido gracias al otro.

Unos sentones más, unas estocadas más profundas y los dos se corrieron una vez que alcanzaron su orgasmo. Suspiraron ante la liberación y sonrieron gustosos. Se besaron perezosamente y se acomodaron en los asientos.

Jungkook alcanzó un paquete de toallas húmedas que desde hace un tiempo atrás mantiene en el auto y una toalla de tela para poder limpiar lo demás. Pues cada vez que pueden, Jimin lo monta de esa forma en la parte trasera del auto.

—Nunca dejes de sonreír de esa forma —soltó luego de acomodarse incómodamente los pantalones

—Y tú nunca dejes de sonreír también, eres muy hermoso Kook —respondió de vuelta acurrucándose en él.

—Me encantas —susurró—. Me gustas mucho, todo de ti me tiene atrapado —Jungkook lo acercó a su cuerpo y dejó besos en la frente del rizado.

—¿Puedo confesarte algo? —alzó su cabeza para poder verlo a los ojos.

—Claro que si —dijo acariciando una de sus mejillas.

—No importa que tan duro hagamos esto, yo... bueno, creas es una tontería pero yo siento que siempre hacemos el amor —confesó en voz baja, ruborizándose por completo y poniendo su rostro oculto entre el cuello de su amante.

Jungkook sonrió y solo besó su hombro desnudo, dejando que siguiera hablando.

—Cada caricia, cada beso, en cada mirada yo solo siento que es contigo con quien debo estar Kook y no me importa si a partir de este momento pueda llegar a tener un corazón roto, estoy feliz de haber coincidido contigo esa noche en ese bar, en ese asqueroso baño.

—Iniciamos algo temporal pero quiero convertirlo en algo permanente Jimin.

—Es lo que es.

—Sip, pero me gustaría poder hacer todo bien, así que me gustaría invitarte a una cita, este viernes, ¿qué dices?

—Ya deseo que esta semana pase volando. ¡Claro que acepto!

—Ahora hay que volver, no quiero que tus padres vengan a buscarte y te encuentren de esta forma para nada decente.

—De acuerdo, la noche aún empieza así que vamos a disfrutar de este gran momento.

Acomodaron sus ropas y bajaron del auto, terminaron de arreglarse en el baño del lugar. Se incorporaron nuevamente ante todos e ignorando las miradas curiosas de algunos.

Yugyeom por otro lado, estaba queriendo verse tranquilo. Estaba celoso, claro que notó la ausencia de ambos, claro que notó el caminar raro de Jimin, notó la felicidad en el rostro de Jungkook y esas sonrisas y coquetos fugaces que se daban. Estaba ardiendo en celos y en envidia porque Jimin tenía lo que él quería, tenía la atención de Jungkook.

Miró todo el área, sonrió por lo que pensaba hacer. Le molestaba ver tanta felicidad entre dos seres, más si él quería tener a uno de ellos.

El sentimiento de ira, rencor, egoísmo y envidia hace que se agite violentamente un fuego en nuestro interior que arde de forma intensa, provocando destrucción a personas o cosas que no están destinadas a quemarse.

Pero quien no haya sentido antes esa cizaña, creciendo y apoderándose de lo bueno, no sabe lo que es vivir en un continuo incendio, pensando que no existe nada que pueda apagar esa llama ardiente, que quema cualquier rastro de buenas intenciones.

Manchando y dejando en cenizas todo a su paso.

Yugyeom no era más que un cascarón lleno de sentimientos negativos que estaban por explotar.

Sacó su móvil y llamó a Kai quien estaba esperando su llamado.

—Hazlo.

Fue todo lo que dijo y colgó. Guardó su móvil y se escabulló entre los invitados. Vio a uno de los meseros y tomó su brazo para hablar con él.

—¿Te interesa ganar dinero?

—¿Disculpe?

—Solo necesito que lleves al dueño del lugar afuera, es que le daremos una sorpresa entre varios amigos pero si le digo yo que salga va a sospechar, tan solo dile que lo buscan o que necesitan su presencia allá.

El chico pareció pensarlo pero si ese hombre estaba ahí es porque decía la verdad así que aceptó. Yugyeom le dio el dinero así que no tuvo de otras que cumplir con su parte y caminó hasta donde estaban Jungkook y Jimin.

—Buenas noches, lamento interrumpir señor, pero me han informado que necesitan de su ayuda y su presencia afuera, es de urgencia —dijo serio y tranquilo.

Jimin vio a Jungkook quien parecía igual de confundido, estaba por salir pero Taehyung accidentalmente chocó con él por estarse riendo de algo que Eunwoo había dicho.

—¡Mierda! —dijo al ver como había caído un tipo de salsa en su camisa debido al bocadillo que estaba comiendo.

—Ve al baño a limpiarte, yo me encargo.

—¿Seguro Kook?

—Si amor, ve.

Jimin hizo un puchero que fue besado por Jungkook. Accedió a ir al baño, antes de entrar vio de nuevo al castaño quien le sonrió cariñosamente. Algo dentro suyo volvió a sentirse extraño y de repente sus ojos se cristalizaron. Antes de que sus lágrimas rodaran entró al baño y limpió su camisa.

De un momento a otro se paralizó sintiendo terror, las alarmas estaban sonando y escuchaba algunos gritos y pasos fuertes por el lugar.

Alguien que estaba en uno de los cubículos del baño salió oyendo lo mismo.

—¿Qué sucede afuera? —preguntó el hombre.

Jimin tan solo se encogió de hombros y salió de ahí detrás del otro hombre.

Sus ojos se abrieron en sorpresa, lo que había dejado hace unos segundos, tan limpio, con sonrisas y con Jungkook de pie viéndolo con amor, se había esfumado. Ahora estaba viendo a la gente correr buscando alguna salida, buscando salvarse del fuego que estaba quemando su restaurante.

Su instinto lo llevó a buscar a Jungkook entre todos, solo quería estar con él.

✧✦✧

Jeon había salido del lugar una vez que Jimin entró al baño. Suspiró creyendo que había sido una broma, pues no había nadie afuera del lugar esperando por el menor.

Se dio la vuelta dispuesto a entrar nuevamente pero su vista pronto se obstaculizó cuando pusieron un saco en su cabeza. Comenzó a patalear para querer zafarse pero le fue imposible. El aire se le estaba acabando. Pues estaba inhalando alguna sustancia que lo hizo perder el conocimiento de manera inmediata. Pues era algún tipo de droga que lo hizo sufrir de mareos y bajada en la tensión arterial.

Cuando dejó de moverse fue Dongwook quien maldijo al darse cuenta que no era Jimin a quien habían atrapado. No sabiendo que más hacer tuvo que seguir con el plan.

Cargó el cuerpo de Jungkook junto a Kai quien no dejaba de sermonearlo por haberse equivocado. Lo llevaron hasta uno de los lugares del local.

—¿Qué sigue del plan?

—Fuego.

Ambos continuaron con lo que Yugyeom había mandado, aunque se hayan equivocado de persona esperan que todo resulte. Pues el orden de los factores no debía alterar el producto. ¿O si?

Los dos ocasionaron que la cocina comenzara a incendiarse, echaron combustible por todo el lugar. Yugyeom se había encargado de llevar combustible en una botella más pequeña y se encargó de esparcirlo disimuladamente por donde estaban todos los invitados.

El fuego no se permitió ir lento. Poco a poco estaba consumiendo todo. Todos habían salido viendo como el sitio se caía a pedazos.

Jimin estaba como loco gritando y preguntando por Jungkook. Pero nadie aseguraba haberlo visto. Yugyeom cuando lo vio palideció. Miró al restaurante sintiendo como todo su cuerpo se tensaba.

—¡Jungkook está adentro! —dijo en un grito cargado de angustia y dolor.

Jimin lo vio y sintió aún más miedo que antes, comenzó a correr en dirección al lugar sin importarle nada más. Namjoon lo vio y corrió para atraparlo entre sus brazos.

—¿¡Estás loco!? No puedes entrar ahí.

—¡Jungkook! —gritaba desesperado—. ¡Suéltame! —pataleaba para zafarse pero Namjoon lo tenía con mucha fuerza—. ¡Jungkook!

—¡Jimin! —gritó Taehyung yendo hasta donde estaba su amigo.

—¡Jungkook! ¡Por favor, suéltame! —pedía—. Necesito ir con Jungkook —sus lágrimas estaban empapando toda su cara, sentía que estaba perdiendo parte de su vida al no estar junto al mayor.

Escucharon la sirena de los bomberos, la ambulancia y de la policía. Cada uno a su función.

Jimin quedó congelado en su puesto al ver como sacaban el cuerpo moribundo de su amante. Jungkook estaba inconsciente, estaba sucio y apenas se veía como respiraba lentamente.

—¡Jungkook! —se acercó a la camilla y comenzó a tocar su rostro—. Kook, por favor despierta, ¡Jungkook! —pedía en medio de su llanto.

Escuchaba apenas a los paramédicos hablar sobre sus signos vitales bajos. Vio cómo lo subían a la ambulancia y subió junto a él sin pensarlo.

Jin le aseguró que nadie más había salido herido, que todos estaban bien pero que él junto a Namjoon se iban a encargar que los revisaran para estar seguros. Asegurándole que iban a disculparse con todos y ver de que manera volvían a sus casas.

Prometiendo ir después a la clínica para acompañarlo.

El viaje a la clínica fue eterna. Apenas dejaba mensajes a sus padres y a los chicos. Respondió la llamada de Haesul quien estaba llorando, tratando de ser calmada por Namjoon.

Cuando llegaron, llevaron a Jungkook de inmediato hasta la sala de emergencias. Jimin tuvo que quedarse en la sala de espera. Su cabeza dolía, hace un momento todo en su mente giraba en torno a Jeon pero ahora que está ahí, en el silencio del hospital, puede entender que su restaurante se había incendiado.

Comenzó a llorar sintiéndose perdido. ¿Cómo pudo suceder? Recién había hecho el amor con Jungkook, disfrutando de la noche y ahora está en la sala de un hospital esperando noticias de su amante, con su restaurante carbonizado.

Ni siquiera había pensado en todo lo que había perdido en asuntos materiales. Su atención estaba puesta en Jungkook. Su amante, su amor.

Entró en crisis, su llanto se intensificó y comenzó a gritar de lo frustrado que estaba. Las enfermeras del lugar pronto actuaron para intentar calmarlo, pero se vieron en la necesidad de inyectarle un sedante.

Su mundo se desvaneció ante sus ojos. Todo estaba esfumándose y él no estaba preparado para ninguna de esas pérdidas.

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